Las cigüeñas se hacen adictas a comer basura, es una hipótesis planteada por un equipo de investigadores de las universidades East Anglia en Reino Unido y Lisboa en Portugal, en un estudio sobre los movimientos y comportamientos de las cigüeñas blancas en la Península Ibérica el suroeste de Europa.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Movement Ecology.
La cantidad de cigüeñas que vive de forma permanente en las zonas de la península se ha multiplicado por 10 en los últimos 20 años y creen que se debe a que muchas de las cigüeñas sedentarias se han convertido en adictas a comer basura.
48 cigüeñas son monitoreadas por GPS y se ha confirmado que muchas de la 14,000 cigüeñas que viven de forma permanente en Portugal han instalado sus nidos cerca de los basureros y otras hacen vuelos diarios de hasta 100 kilómetros, para ir a comer basura.
Los nidos eran utilizados sólo durante la época de cría pero ahora, según este estudio, se han convertido en el lugar de descanso permanente durante todo el año.
Fuera de la época reproductiva, las cigüeñas que tienen sus nidos cerca de los basureros y se pasan gran parte del tiempo defendiendo este lugar de reposo.
Los autores han confirmado de esta forma, que el mal hábito de los humanos, de mantener los tiraderos de basura a cielo abierto, ha alterado las conductas migratorias y de alimentación de las cigüeñas.
La cigüeña blanca se alimentaba habitualmente de una gran variedad de animales, incluyendo insectos, peces, reptiles y pequeños mamíferos y aves.
Con información de Vanguardia.