En México, el primer banco de cerebros de América Latina

Un grupo de investigadores instaló en México el primer banco de cerebros de América Latina para estudiar una de las mayores interrogantes para la ciencia: el Alzheimer. Este mal es un padecimiento degenerativo e irreversible del sistema nervioso central que afecta a 10% de los mexicanos mayores de 65 años.

Este centro se une a otros dos lugares que realizan investigaciones similares en Estados Unidos e Inglaterra.

En el laboratorio —ubicado en el Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional—, se realizan desde mediciones de volumen de los encéfalos hasta cortes de los mismos que pasan por un software que determina el deterioro de las neuronas.

A las instalaciones llegaron cuatro cerebros donados por una familia que desarrolló Alzheimer y falleció antes de los 45 años de edad. Lo anterior derrumba la teoría de que se trata de una enfermedad de ancianos y abre una nueva gran interrogante relacionada a que los primeros síntomas de alerta se presentan 10 o 15 años antes de que se diagnostique la enfermedad.

Los encéfalos donados permitirán contestar cuestiones como por qué algunos parientes con dicha carga y herencia genética desarrollan la enfermedad, y otros, por el contrario, se mantienen sanos. Además, buscará prevenir que los futuros enfermos padezcan una pérdida absoluta de sus capacidades intelectuales y cognitivas.

Las investigaciones del IPN han dado sus primeros frutos, pues se detectó la presencia de la proteína TAU, que forma pequeños cristales en las células neuronales hasta dañarlas. Con lo anterior se creó el primer modelo de neuronas en estados tempranos de degeneración por Alzheimer, antes de diagnosticarse como tal.

“Se buscan signos tempranos de la enfermedad” a través de un microscopio confocal, el cual es una herramienta útil para análisis de rebanadas gruesas de tejido nervioso. Sin embargo, este proyecto mundial de demencia se encuentra “parado debido a la falta de presupuesto”, aseguró David Reskikoff Fisher, miembro fundador del Instituto Mexicano de Neurociencias e integrante del Consejo Directivo de International Psychogeriatric Association, integrado con 60 expertos de 16 países y cuya misión ha sido definir los criterios de evaluación y tratamiento a nivel mundial sobre dicha demencia.

Para Reskikoff Fisher, considerado el principal estudioso de las demencias en México, el trabajo del IPN resulta fundamental para modificar algunos criterios internacionales sobre el Alzheimer.

“Si se deja de ver a la vejez como un mal irremediable de las demencias, entonces podrían establecerse nuevas métodos de intervención para evitar el deterioro neuronal”, explicó.

Las investigaciones mexicanas revelan que “las primeras manifestaciones del Alzheimer son la depresión, los problemas del lenguaje, padecer pequeños olvidos o hablar con nadie por la calle”, abundó.

Los cuatro encéfalos donados darán luz a las investigaciones sobre la demencia que avanza rápidamente, ya que cada siete segundos en el mundo se diagnostica un nuevo caso con Alzheimer.

La investigación del IPN resulta también fundamental, precisó Reskikoff Fisher, porque México al igual que Brasil y China se encuentra bajo la lupa de la Organización Mundial de la Salud debido al acelerado crecimiento poblacional de adultos mayores.

En nuestro país hay 15 millones de adultos mayores y se estima que habrá 17.5 millones para 2025, lo que coloca a México en un problema grave de control de enfermedades crónicas y degenerativas.

Medicina genómica

En menos de un lustro será posible descifrar, con unas cuantas gotas de sangre, el genoma completo de cualquier persona y detectar enfermedades crónicas que se desarrollarán en el futuro como el Alzheimer, la diabetes o el cáncer para tomar decisiones que van desde extirpaciones quirúrgicas preventivas de tejidos y desarrollo de medicina genómica personalizada, hasta si uno debe de dedicar toda su vida a ahorrar dinero para comprarse una casa que no va a disfrutar o adelantar la jubilación, aseguró Rafael Fonseca, director del Centro de Cuidado para Pacientes con Cáncer de la Clínica Mayo, de Arizona, EU.

“Será muy común ver en la práctica del oncólogo, de hecho en la Clínica Mayo ya nos estamos preparando, que dentro de cinco años llegarán los pacientes con sus propios reportes médicos, con sus historiales genéticos y sus factores de riesgo, incluso con las mutaciones de su cáncer, y con ello podremos aplicar el tratamiento más adecuado. Esto no es ciencia ficción es ya una realidad”, precisó.

Fuente: Milenio