Encuentran en hoyo negro el esqueleto más antiguo de América

En las aguas cristalinas de un cenote llamado La Virgen, en las costas de Quintana Roo, un grupo de especialistas realizó uno de los hallazgos más relevantes de los últimos años: encontraron el esqueleto más antiguo de América.

En 2007 el espeleobuzo Alberto Nava Blank y sus compañeros Alejandro Álvarez y Franco Attolini se sumergieron al cenote y sin esperarlo encontraron un hoyo negro:

“El lugar era increíble. Llegamos y de pronto el piso desapareció; todo era negro, pusimos las luces al frente y no llegaba a la otra orilla del pozo”, recordó ayer Nava Blank.

Dos meses después, con un equipo más especializado regresaron y lograron llegar al fondo de la cueva inundada. Ante sus ojos comenzaron a aparecer restos de animales: un fémur recostado sobre una piedra, un puma, un tigre dientes de sable, un perezoso gigante.

Tres años después, tras una serie de pruebas y estudios, como el análisis de ADN mitocondrial y Carbono 14 y Uranio/Torio, se comprobó que se trata del esqueleto más antiguo hasta ahora localizado en América.

“Naia” o la “Joven de Hoyo Negro”, como se le bautizó a ese esqueleto, corresponde al de una joven de entre 15 y 16 años que hace unos 12 o 13 mil años cayó en esa caverna, que entonces estaba seca, y se trataría del eslabón que faltaba para confirmar el vínculo que existe entre los primeros pobladores de América y los grupos indígenas contemporáneos en el continente.

El hallazgo y los análisis en diversos laboratorios, añadió Luna, confirman que es una mujer que pasó de Siberia, cuando en el estrecho de Bering se podía caminar, entró a Norteamérica y bajó hasta llegar a la Península de Yucatán.

“Naia”, comentó la también titular de la subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, es el esqueleto más completo y genéticamente intacto hasta ahora hallado en América.

En la cueva también encontraron restos de 26 mamíferos que corresponden a la etapa del Pleistoceno Tardío. Entre las especies, que tienen una antigüedad de aproximadamente 36 mil años, se encuentran gonfoterio, tigre de dientes de sable, perezoso de tierra tipo Shasta, tapir gigante, cerdo de monte, oso, puma, lince, coyote, coatí y murciélago frutero.

Los vestigios más representativos de “Naia” se encuentran bajo resguardo del INAH y la cueva está vigilada con el fin de evitar posibles saqueos, ya que se trata de un sitio que aún posee gran cantidad de información paleontológica.