Equipo de científicos al rescate de ‘El Caballito’

Desde hace dos semanas, un grupo de especialistas de diversas disciplinas comenzó a examinar a detalle los deterioros que en 2013 sufrió la escultura ecuestre de El Caballito por un mal trabajo de restauración.

Entre los principales equipos que se utilizarán para este estudio están: un detector de fallas por ultrasonido de arreglo de fases, un tubo de Rayos X digital computarizado, una cámara termográfica infrarroja, un analizador de metales por fluorescencia y un metaloscopio de campo. Según González Velázquez, en el campo del patrimonio cultural, estas herramientas de inspección no destructivas hasta ahora sólo se han empleado para estudios en laboratorio de obras de arte.

Según el documento que describe el proyecto de diagnóstico, que fue publicado el pasado viernes en la página de transparencia del Gobierno del DF, ese escaneo con tecnología tridimensional por barrido óptico permitirá reconstruir digitalmente la pieza que Manuel Tolsá realizó en el siglo XVIII.

Para este registro se requirió la colocación de un andamio más grande, ya que el paso del escáner láser por toda la superficie se hizo a una distancia de no menos de tres metros de la pieza.

Con la prospección con georradar, a cargo del doctor Luis Barba, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, se busca evaluar la estabilidad del monumento. Con este equipo, que en los últimos años ha sido una herramienta eficaz en las excavaciones arqueológicas, se podrá detectar si existen asentamientos diferenciales que comprometan la estabilidad de la obra, como podría ser el caso de la Línea 2 del Metro que circula debajo de la calle de Tacuba.

Además de esos estudios físicos y químicos, el proyecto incluye una investigación historiográfica que ayudará a contextualizar el monumento en la historia de México, además de proporcionar información sobre los cambios y alteraciones que ha sufrido desde su creación.

Para la elaboración de este proyecto de diagnóstico, que tiene como responsable al restauradorMauricio Jiménez, el Fideicomiso del Centro Histórico, requirió la asesoría de tres especialistas en conservación de monumentos históricos: el restaurador Agustín Espinosa Chávez, el arquitecto Marco Aurelio Maza y el ingeniero Luis Torres Montes.

Este último, desde que se dio a conocer los graves daños que el ácido nítrico había causado en la escultura, sugirió la necesidad de conformar un equipo de especialistas para analizar la pieza.

 

Fuente: El Universal