Antes de que fuera el elegido por el presidente Felipe Calderón para abanderar al PAN en las elecciones presidenciales de 2012, Ernesto Cordero era, simplemente, uno de los colaboradores cercanos a Calderón que ocupaba, igual que muchos otros, un lugar en el gabinete.
Saltó a la luz pública en 2006, cuando fungió como Coordinador de Políticas Públicas de la campaña de Felpe Calderón; pero su trabajo con él viene desde mucho más atrás, cuando el actual presidente era titular de la Secretaría de Energía y BANOBRAS.
Una vez en la presidencia, fue nombrado Subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, cargo que ocupó hasta el 15 de enero de 2008, cuando Calderón lo nombró Secretario de Desarrollo Social.
Durante este periodo, Cordero no sufrió cambios drásticos en su persona, precisamente porque siempre fue un funcionario de muy bajo perfil. A su llegada a Sedesol, se le vio un poco más delgado y con el pelo ligeramente más corto, pero nada más.
El 9 de diciembre de 2011, fue nombrado Secretario de Hacienda en sustitución de Agustín Carstens. Desde entonces, se rumoraba que era el elegido de Calderón para ser el candidato del PAN a la presidencia, y que se le dio ese puesto para que tuviera más visibilidad pública.
En su paso por Hacienda, mientras los rumores de su candidatura se hacían más fuertes, los cambios en su apariencia se hacían más visibles. Cambió el peinado (y la cantidad de pelo, también), cada vez se veía más delgado, y sus facciones más pronunciadas.
Otro cambio importante, que fue dado a conocer por el periódico Reforma, fue el arreglo de sus dientes. Este es el comparativo entre el 21 de agosto y el 21 de septiembre de este año.
Con todo y los cambios – que no ha sido muchos – en su imagen, y de su creciente entusiasmo con la candidatura presidencial, no se ve que despunte en las encuestas, ni que tenga probabilidades de ganar… ni la candidatura ni la presidencia.
¿Habrá sido un mal cálculo por parte del Presidente?