Ernesto Cordero, ¿la carta fuerte del Presidente Calderón?

¿Será posible que esta sea la carta fuerte del Presidente Felipe Calderón? La cargada orquestada desde Los Pinos, y el madruguete que le aplicaron al resto de los aspirantes, hace suponer que está todo arreglado para que Ernesto Cordero, nuestro flamante Secretario de Hacienda, sea el candidato del PAN a la Presidencia de la República.

De concretarse, sería uno de los más graves errores que se recuerde de Felipe Calderón (quizá solamente superado por su fallida estrategia contra el narco, y su apoyo incondicional a García Luna).  Y sería un grave error debido a dos razones fundamentales:

La primera, de orden ideológico y de congruencia política y moral. Felipe Calderón creció luchando contra las prácticas anti democráticas de un sistema autoritario y hegemónico. Toda su vida política giraba en torno a terminar con costumbres como “el dedazo” o “la cargada”. Qué rápido olvidó el panismo los derechos, ideales y virtudes por los que luchaba; Calderón estaría replicando lo más reprobable del viejo régimen priísta; presenciaríamos la versión 2.0 del delfín (corderito, en este caso).

La segunda, de orden mucho más pragmático, pues resulta irrisoria la posibilidad de que Ernesto Cordero sea, ya no digamos un buen presidente, ¡ni siquiera un buen candidato! Cordero carece de tacto y liderazgo político, sería incapaz de unificar al panismo en torno de su proyecto. Pero no solo eso; Ernesto Cordero es, sin duda, un buen técnico; y aun cuando ha ocupado cargos de gran relevancia tanto en SEDESOL como en SHCP, no conoce ni por asomo la realidad de millones de mexicanos. Es un funcionario encerrado en su burbuja, que nunca ha sufrido lo que representa un aumento a la gasolina, y no tiene la menor idea de lo que las familias pueden hacer -o no hacer- con un salario mínimo.

Lo peor del caso es que ni siquiera se le ve motivado o interesado; cada día se le aprecia más nervioso, desencajado y sus declaraciones son francamente desafortunadas, por decir lo menos.

Cómo olvidar aquella épica declaración que queda enmarcada en letras de oro en la memoria colectiva y en la vergüenza del pueblo mexicano:

“Hay familias mexicanas que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”.

Semanas después, Cordero hizo gala de sus conocimientos de la realidad socio económica mexicana:

“México es un país que dejó de ser pobre, que es bien visto por otras economías”.

Y la tercera, sembrada en la frente de todos los trabajadores mexicanos:

El poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México, es decir, lo que alcanza para comprar con un salario mínimo es más”.

Fácil decirlo para un Secretario de Estado que percibe más de 150 mil pesos al mes. En fin, si Calderón se la va a jugar con su delfín, por lo menos debería rodearlo de un buen equipo de asesores; de lo contrario, no solo resulta una opción inviable para la Presidencia de la República, sino que se ha vuelto objeto de burla.

O, ¿será que Calderón se esta guardando a su verdadero “tapado” y utiliza a Cordero como mera distracción y carne de cañón? No, simplemente no tiene esos alcances…

Foto: El Semanario.