Un niño de Nueva Zelanda de 11 años de edad embarazó a una mujer de 36; ambos tuvieron relaciones sexuales durante meses.
El director de la escuela donde estudia el menor mencionó que el niño se le acerco para confesarle la relación que mantenía con la madre de su amigo, la cual un día lo invitó a su casa, lo emborrachó y tuvo sexo con él.
El director acudió de inmediato a los servicios de Infancia y Familia y a la Policía para presentar una denuncia. Tanto la policía como los servicios sociales dicen que la mujer ha negado los hechos.
Este caso ha traido a debate el hecho de que en Nueva Zelanda las mujeres no pueden ser juzgadas por violación.
Las mujeres que fuercen a otra persona a tener relaciones sexuales no pueden ser condenadas por violación, sino por abuso sexual, y suelen enfrentarse a un máximo de 14 años de prisión.
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