En octubre del año pasado, Kim Kardashian fue víctima de un robo a mano armada en París.
Seis meses después, la celebridad habló del suceso en el programa de Ellen DeGeneres.
“Estaba destinada a que esto me pasara. Las cosas suceden en la vida para que aprendas”, explicó entre lágrimas una de las protagonistas de Keeping Up with the Kardashians mientras recordó el momento en el que cinco hombres enmascarados y disfrazados de policía entraron en su residencia de París, mientras ella se hospedaba allí con motivo de la semana de la moda.
Dos de los delincuentes le apuntaron una pistola en la cabeza y la ataron en el suelo del cuarto de baño. Además de llevarse el anillo de boda que le regaló su marido Kanye West, valorado en 4,5 millones de dólares, los ladrones se llevaron otras piezas de bisutería. En total, un botón valorado en 9 millones de dólares.
Kim afirmó que después del robo ha cambiado completamente su actitud. “No es ningún secreto, lo vieron en televisión. Yo antes era muy superficial pero ya no me importan nada los objetos. Ya no soy la que era antes”.
“Por supuesto que cuando te has comprometido quieres enseñar tu anillo y, si te compras un coche nuevo, quieres mostrarlo en las redes sociales. Pero eso no vale la pena. No quiero presumir de todo lo que tengo”.
La celebridad de origen armenio asegura que está orgullosa de que sus hijos vean esta nueva versión de ella y de poder educarlos con valores menos ostentosos.
Con información de Playground