La güiña es el segundo felino más pequeño del mundo, tiene un peso aproximado de entre dos y tres kilos y tiene la talla de un gato doméstico promedio.
Sin embargo, debido a la inflación poblacional en la Patagonia, el hábitat de la güiña se ha reducido casi un 70% desde 1970, razón por la cual se encuentra en peligro de extinción.
Debido a su naturaleza, la güiña convive en entornos humanos rurales, donde (por ser carnívoro) los granjeros, granaderos y habitantes de éstas zonas lo ven como una especie de plaga. Aunque, según el estudio publicado por la Journal of Applied Ecology, solo el 10% de los habitantes que han tenido contacto con ellos han intentado matarlos.
Esto concluye que la persecución es menor factor de riesgo que la pérdida de granjas para construir residencias.