En la clausura de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas, que se llevó a cabo en Cancún, el presidente Felipe Calderón dijo que no está cerrado a ninguna política pública para combatir el crimen organizado. Pero mientras no se presente una “de mayor beneficio” que la actual, no habrá cambio de estrategia.
El discurso de Calderón estuvo lleno de claroscuros. Aunque no se refirió expresamente a las marchas por la paz a lo largo de la República del día anterior, se refirió indirectamente a la muerte del hijo del poeta Javier Sicilia: “No hay mayor dolor para una sociedad que ver caer a sus jóvenes abatidos por asesinos sin escrúpulos”.
Después de decir que la lucha contra el crimen y el narcotráfico no debe admitir “ambigüedades ni titubeos”, dejó claro que “el fin último de éste esfuerzo es poner un alto definitivo a situaciones lamentables que nos generan un profundo dolor como comunidad global”.
Lugares comunes, lo mismo de siempre. El discurso del Gobierno Federal respecto a la guerra (que no es guerra ¿?) sigue siendo el mismo – y tampoco sabemos contra quién es. ¿Contra las drogas? ¿Contra los cárteles? ¿Contra el crimen?
En un discurso con muchas frases y palabras que no necesariamente hacen sentido, el presidente dejó claro que su apertura está nada más en el papel, no en los hechos.
Fuente: El Universal
