Manuela Hernández, cumplió 100 años y al mismo tiempo obtuvo el certificado escolar de primaria. Ella vive en Oaxaca y dice que terminó los estudios “para ser menos ignorante porque la educación nos civiliza” y porque la vida no le permitió hacerlo antes.
Por recomendación de su nieto Manuela decidió hacer los estudios de primaria y graduarse. Ahora quiere seguir estudiando la secundaria.
Obtener otro título sería para ella un logro parecido a subir al Everest sin bombona de oxígeno, una aventura alucinante repleta de riesgos que serían evitados por su pasión por cultivarse. Sus nietos la apoyan y seguramente todos los mexicanos comprometidos.
