El vestidor de Irán se convirtió en una verdadera fiesta, luego de la victoria de 1-0 sobre Marruecos en tiempo de compensación y con el autogol de Aziz Bouhaddouz, para abrir con una histórica actuación mundialista en Rusia 2018.
Después de la finalización del juego en la cancha del estadio San Petersburgo, los pupilos del portugués Carlos Queiroz se sumaron en abrazos como si hubieran ganado el partido final de la justa, aunque a decir de ellos, estaba en juego el honor.
Ya en el vestuario, los cánticos no se hicieron esperar y con la bandera de su país en algunos momentos y con los brazos en alto se fundieron en la alegría por la soñada victoria.
En su cuenta de twitter, la Federación Iraní de futbol publicó la alegría de los seleccionados nacionales que están más que motivados para seguir en la máxima fiesta deportiva del futbol.
Ahora Irán enfrentará a España el miércoles venidero a una de las representaciones aspirantes a estar en la lucha por el título.
Notimex