El nuevo cardenal mexicano, el arzobispo de Morelia Alberto Suárez Inda, dijo ayer en Roma que percibe “cierta manipulación política” en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero.
“Percibo que hay una cierta manipulación y una cierta tendencia política, de intereses que se aprovechan del dolor de los padres de familia para provocar insurrecciones”, afirmó Suárez Inda en conferencia de prensa.
Aunque expresó que no trató el tema con el papa Francisco, sostuvo que la Iglesia “se ha mantenido en una línea de libertad para analizar y tomar una postura primero en defensa de los derechos humanos”, así como de reconocer “la terrible gravedad del crimen”.
“La Iglesia en general quiere mantenerse en un plan de mucha seriedad y de mucha serenidad para no ir más allá de los hechos comprobados”, comentó.
El cardenal se pronunció también sobre la corrupción, “una tentación que puede llegar a cualquier persona”, y pidió que los miembros de la Iglesia sean “testigos verdaderos de honestidad” y “servidores” que deben formar tanto a laicos como a religiosos para que sean honestos.
Defendió que “no es un problema en exclusiva de México” y abogó por la formación ética y la evangelización.