Un nuevo estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) muestra cómo las ‘fake news’ se van amplificando con el poder de las redes sociales.
“No son los ejércitos de bots los culpables, sino los humanos”, afirman los investigadores.
The spread of true and false news online es el estudio que muestra cómo las noticias falsas se van amplificando con el poder de las redes sociales.
La desinformación en Twitter se extiende “más lejos, más rápido, más profunda y más ampliamente” que los hechos, dicen los investigadores.
El estudio fue publicado el 9 de marzo por la revista Science, se analizaron una serie de tweets, entre 2006 y 2017, que contenían rumores que habían sido investigados por organizaciones de verificación de datos como Snopes.
El conjunto de datos fue enorme: 126 mil “cascadas” de rumores, o secuencias de tweets y retweets, difundidas por alrededor de tres millones de personas. La proliferación alcanzó su punto máximo en el periodo previo a las elecciones presidenciales de 2016, en Estados Unidos.
A partir del estudio, se plantearon tres claves que describen la fuerza de la difusión de las fake news en lugar de la información verificada:
1. Toma seis veces más de tiempo en comparación con una fake news, para que una verdad alcance a mil 500 personas en la red.
2. Toma 20 veces más de tiempo para que un hecho alcance los 10 retweets por usuarios únicos en contraste con un rumor.
3. Las fake news tienen 70 por ciento más de probabilidades de ser retweetadas que las verdades.
Las falsedades se extendieron a la misma velocidad y amplitud cuando los bots fueron eliminados del conjunto de datos, lo que sugiere que los humanos no necesitan mucha ayuda de la inteligencia artificial para difundir mentiras.
Tampoco son las grandes cuentas de las redes sociales, es decir, los usuarios “verificados”, o aquellos con múltiples seguidores que necesariamente alimentan la propagación, sino que las personas que son menos activas en la plataforma y tienen seguidores mucho más pequeños son las que contribuyen a esta difusión.
En una encuesta sobre la veracidad de las redes sociales, el 59 por ciento de los encuestados dijeron que cada vez es más difícil saber si una noticia proviene de una fuente legítima o no.