La madrugada de hoy Rafael Pérez Gay escribió en su cuenta de twitter: “Mi hermano José María Pérez Gay murió a las 02:05 am de hoy domingo a los 70 años de edad”.
En febrero pasado había alcanzado las siete décadas de existencia, pero la enfermedad que lo aquejaba desde hace algunos años terminó por derrotarlo ayer domingo.
Una figura a la que se puede recordar como traductor, diplomático, escritor, gestor cultural y fundador de Canal 22, pero sobre todo como ser humano generoso y lleno de humor. Al menos tales son las características con los que definieron a José María Pérez Gay cada uno de quienes se fueron a despedir de él al Panteón Francés.
Pero sin duda, algunos de los mejores recuerdos provienen de los hermanos: Rafael, el menor del grupo, asegura que fue Chema, como se le llamaba cariñosamente, quien le enseñó a leer, “cuando yo era un adolescente y él un hombre de 30 años”.
“Eran los años 70 y hacíamos las giras por distintas librerías; eran los años del boomlatinoamericano y él me compraba esos libros. Luego tuvimos una segunda época, de pares; yo estudié letras francesas, mientras él era un germanista de cepa y ahí hicimos una magnífica amistad literaria que duró hasta hace poco.”
Para Lourdes Pérez Gay, directora de la compañía Marionetas de la Esquina, su ejemplo fue lo más importante, porque cuando se fue a estudiar a Europa mostró a todos que podía hacer muchas cosas, seguir sus sueños.
“A mí me enseñó que podría dedicarme a algo en lo que soñara y eso se lo aprendí a él. Venimos de una familia a la que todo nos ha costado mucho trabajo y él fue un impulso para nosotros, para atrevernos a hacer las cosas en las que creíamos. Para la familia fue un gran impulso saber que alguien de nosotros estaba fuera, le iba bien y trabajaba, lo que se debía a su gran esfuerzo, a su gran inteligencia, a su gran bondad y a su generosidad.”
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) anunció que se le rendirá un homenaje al escritor, pero primero habrá “que ponerse de acuerdo con su familia”, en palabras de su titular, Rafael Tovar y de Teresa.
Fuente: Milenio