Fitch Ratings mantuvo la nota de la deuda externa de México a largo plazo en “BBB+” con una perspectiva estable, apoyada en la base económica diversificada del país y su historial de disciplina fiscal.
Fitch explicó que esas “fortalezas” hacen contrapeso a las dificultades de un país que sigue registrando un crecimiento económico moderado y con finanzas altamente dependientes del petróleo, cuyo precio se ha desplomado en los mercados internacionales.
Adicionalmente citó el nivel relativamente bajo de intermediación financiera y debilidades institucionales que se muestran con la alta incidencia de la violencia relacionada con el narcotráfico y la corrupción. También reafirmó la nota para la deuda local en “A-“.