La calificadora internacional Fitch Ratings destacó la estabilidad macroeconómica de México, así como sus políticas económicas disciplinadas, bajos desequilibrios y un sector bancario bien capitalizado; por lo que mantiene la nota crediticia.
La calificadora señaló que la implementación de amplias reformas económicas bajo la administración del presidente Enrique Peña Nieto, si se ejecutan de forma apropiada, mejorarán la competitividad, inversión y perspectiva de crecimiento del país en el mediano plazo.
El aumento del colchón de reservas internacionales desde 2008 y el acceso a una Línea de Crédito Flexible del FMI, proveen al país un soporte adecuado para una sostenida resistencia externa.
Fitch Ratings dio a conocer que afirmó las IDRs de largo plazo en moneda extranjera y local de México en BBB+ y A-, respectivamente.
Las calificaciones de emisión de los bonos senior no garantizados en moneda extranjera y local también se afirmaron en BBB+ y A-, respectivamente, mientras que las Perspectivas de Calificación para las IDRs de largo plazo son Estables y el Techo País se afirmó en A y la IDR de corto plazo en moneda extranjera en F2.
“Las fortalezas del país compensan suficientemente las limitaciones de la calificación, las cuales incluyen debilidades estructurales en sus finanzas públicas, una intermediación financiera relativamente baja, y debilidades institucionales evidenciadas en la incidencia de la violencia relacionada con las drogas y la corrupción.
Resaltó que estas son limitantes para mejorar la calificación del país y que este tiene una posición relativamente baja en términos de indicadores de gobernabilidad relacionados con el Estado de derecho y el control de la corrupción.
“Fitch considera que el progreso que se logre en estas debilidades institucionales será lento y espera que la violencia seguirá concentrada regionalmente, aunque los costos económicos relacionados con ella permanecerán en el futuro cercano”, detalló.
A su decir, la flexibilidad de la política económica de México facilita un ajuste al nuevo entorno externo de menores precios en las materias primas (petróleo) y del retiro del estímulo monetario en Estados Unidos.
“Se permitió que la moneda se depreciara para absorber los shocks externos y la Comisión de Cambios de México ha empleado una intervención cambiaria basada en reglas para asegurar una liquidez y un funcionamiento del mercado cambiario apropiados”, destacó.
La calificadora indicó que la creciente participación extranjera en el mercado local de títulos del gobierno representa una fuente de vulnerabilidad, sin embargo, el aumento del colchón de reservas internacionales desde 2008 y el acceso a una Línea de Crédito Flexible del FMI proveen un soporte adecuado para una sostenida resistencia externa.
La estabilidad macroeconómica además se beneficia de una tasa de inflación relativamente moderada (4.1 por ciento a fines de 2014), la cual se espera que siga cayendo en 2015, y déficits en cuenta corriente moderados, los cuales se espera que se deterioren levemente, con un promedio de algo más del 2 por ciento del PIB durante 2015-2016, señaló.
“Se proyecta un crecimiento del 3.0 por ciento para la economía mexicana en 2015, comparado con el 2.1 registrado en 2014 debido a la aceleración económica esperada en Estados Unidos y la mejora en ciertos factores que habían pesado sobre la confianza y el crecimiento el año pasado”, resaltó.
En su opinión, una mayor confianza y un aumento en los flujos de inversión relacionados con la implementación de reformas estructurales legisladas en los últimos años debería soportar el crecimiento durante el 2016 y más adelante.
Sin embargo, dijo, los menores precios del petróleo, la reducción en el gasto fiscal y la volatilidad internacional ante el esperado retiro de la política monetaria expansiva de Estados Unidos representan riesgos a la baja para el desempeño económico de México en el corto plazo.
“Si la actual debilidad en el precio del petróleo persiste, esto podría retrasar y/o reducir los potenciales flujos de inversión hacia el sector petrolero, especialmente para yacimientos de agua profunda y fuentes no tradicionales”, indicó.
En ese sentido, señaló que la implementación de medidas para aumentar los ingresos en 2014 resultaron ser oportunas, ya que ayudaron a compensar el menor ingreso petrolero el año pasado, y seguirán contribuyendo de manera positiva a los ingresos en los próximos años.
Expresó que la caída en el precio del petróleo y una menor plataforma de producción de petróleo representan desafíos para la economía mexicana, especialmente para sus cuentas fiscales.
La vulnerabilidad de corto plazo de las cuentas fiscales es mitigada por la decisión del gobierno de ejecutar una cobertura de petróleo para proteger el ingreso petrolero del gobierno contra precios significativamente más bajos que los presupuestados, y por el reciente anuncio de reducciones en el gasto fiscal, destacó Fitch.
La calificadora subrayó que lo que podría impulsar la calificación de México a la siguiente escala que son las “A”, es que las trayectorias de inversión y crecimiento más altas faciliten la reducción en la deuda de gobierno y que disminuyan la brecha de ingresos con soberanos con grados crediticios más altos.