El bebé de Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, y su esposa Carla Bruni, es el más esperado del año, y promete convertirse en una celebridad apenas llegue al mundo… justo a tiempo para las elecciones presidenciales del siguiente año.
Este bebé, que fue ocultado por meses antes de que la pancita de Bruni fuera evidente (y de que ella misma lo admitiera en una entrevista que dio sobre Libia), seguramente estará sobre protegido de los medios de comunicación.
Por su parte, la clínica La Muette, donde dará a luz la primera dama de Francia, ultima los detalles para la llegada del bebé.
“Cometí un error hace tiempo cuando dejé que fotografiaran a mi hijo Aurélien”, le dijo Carla a la revista Madame Figaro hace algunas semanas. A lo que se refiere, es a las fotos que se le tomaron con Sarkozy en Egipto en 2008, cuando apenas comenzaban a salir. “Los niños deben ser protegidos del mundo“, continuó.
Pocos en Francia dudan que, a lo que se refiere Bruni, es al gusto de su esposo por los clicks de los paparazzi, una actitud que ha caracterizado a reyes y presidentes franceses durante años, y que no es bien vista por el público, especialmente en estos momentos de dificultades económicas.
Carla Bruni, una mujer con fortuna y éxito propios, ha sido capaz de mantenerse más popular que su esposo gracias a una combinación exitosa: discreción, un auto menosprecio bien calibrado, y una pizca de instinto para la discreción.
Fuente: The Telegraph
