Ganador del Pulitzer se confiesa inmigrante ilegal

Su nombre es José Antonio Vargas. Él ha escrito muchos artículos que lo han puesto en el centro de la opinión pública. En 2008 ganó el Premio Pulitzer por uno de ellos, que versaba sobre el tiroteo en el Tecnológico de Virginia. Ahora da nuevamente de qué hablar, pues ha publicado en The New York Times su situación de inmigrante ilegal, y cómo la ha sobrellevado. Confiesa, a principio de cuentas, que la vida de ilegal lo ha llevado a correr y esconderse, lo que ya lo tiene harto.

“Estoy harto de correr. Estoy exhausto. Ya no quiero esa vida”, confesó Vargas en The New York Times.

Para José Antonio Vargas es muy difícil publicar este artículo, pues siente que a muchos de sus empleadores tuvo que engañarlos, así como algunos de sus ex compañeros de trabajo. Para él, hablar de esto, le provoca una mezcla de humillación y libertad. Una de las cosas que más le asustan es el hecho de que tal vez termine siendo deportado. Vargas es fundador de Define American, una organización que procura sentar las bases para el diálogo sobre la inmigración en Estados Unidos.

Vargas llegó desde Filipinas a Estados Unidos cuando tenía 12 años.

Vargas ha hecho de todo para sobrevivir y cumplir su labor periodística en el país norteamericano. Ha utilizado números de identificación y papeles falsos desde que llegó a Estados Unidos. Una vez, para poder acceder a una cena en la Casa Blanca, ofreció al Servicio Secreto un número de seguridad social que adquirió de manera ilegal. Y es que haberse ganado el prestigioso Pulitzer no le quita el miedo de ser descubierto.

El miedo fue uno de los motores que lo llevaron a trabajar en algunos de los periódicos más importantes de Estados Unidos, como The Washington Post, que fue donde se ganó el premio. Para él ha sido difícil vivir así, pues asegura que sólo gente clave podía conocer su secreto. Todo esto tuvo que sufrir a pesar de ser tan buen periodista. Incluso, la misma posibilidad de sobresalir demasiado podía provocar que le prestaran demasiada atención, lo que agravaba sus temores.

La gota que derramó el vaso, para Vargas, fue el hecho de que el Congreso fallase en autorizar el DREAM Act, mecanismo a través del cual él y muchos otros inmigrantes pudieron legalizar su situación. Fue por ello que el periodista decidió quitarse las cadenas y revelar al mundo su secreto. Esperemos que todo esto salga bien. Por él y por todos los indocumentados que allá sufren el temor de ser descubiertos.

Fuente: CNNMéxico

Foto: Terra