2,971,600,000 es lo que va a costar la celebración del bicentenario de la independencia. Son dos mil novecientos setenta y un millones, seiscientos mil pesos. (Si pudiera, insertaría aquí una carita con los ojos y la boca muy abiertos).
Con ese dinero, se pudieron haber hecho tantas cosas, mucho más importantes para el país:
• Cubrir seis veces el recorte que el INEA – Instituto Nacional para la educación de los Adultos – sufrió este año.
• Financiar casi por completo la estrategia de reconstrucción social de Ciudad Juárez.
• Saldar tres veces el recorte presupuestal propuesto para CONACyT en 2010.
• Sanear seis veces la Cuenca de Chapala.
• Multiplicar nueve veces el presupuesto anual del Fondo Natural de Desastres.
Así que, veamos, ¿cuál sería una mejor celebración para México? ¿Juegos pirotécnicos o inversión en educación y gasto social? Es sólo una pequeña reflexión bicentenaria.