Por Armando Guajardo -Uno de los proyectos que han causado más odio en su realización en los últimos años es sin duda el remake Ghostbusters. Como sabemos, la cinta original fue un gran éxito, la cual tiene muchos fans de hueso colorado (me incluyo), y con el anuncio de que la nueva versión sería protagonizada por mujeres, muchos pusieron el grito en el cielo.
La cinta narra la historia de unas científicas dedicadas a lo paranormal, que se enfrentan a una amenaza de escala apocalíptica. Mucha de la crítica que enfrenta la película es por lo ya mencionado y la mayoría de los que echan pestes ni siquiera la han visto. Yo tenía mis reservas. El año pasado que vi la anterior cinta del director, Spy, que protagoniza precisamente Melissa McCarthy, una muy buena cinta que parodia el género de espías, me tranquilizó un poco.
El resultado, aunque no es una maravilla y nada se le compara a la cinta original, la verdad es que me entretuvo y sale bien librada. Las protagonistas son muy simpáticas. Tres de ellas salieron del programa de televisión Saturday Night Live, al igual que en su momento lo fueron Bill Murray y Dan Aykroyd. Kristen Wigg, que es una de las comediantes más talentosas del momento es la protagonista junto a McCarthy, aunque para muchos la favorita es el personaje de Kate McKinnon, con su actitud irreverente.
Tiene factores que a mi parecer no funcionan. Aparece un Chris Helmsworth (Thor) cuyo personaje tan forzado hasta cae mal y sólo está ahí para el beneplácito del público femenino. Además, la historia está diseñada como si las cintas anteriores no existieran y eso le quita el factor nostalgia, que han sabido aprovechar filmes recientes como Star Wars: El Despertar de la Fuerza y Jurassic World. Al final de cuentas, me recordó a estas cintas, cuyas estructuras están calcadas de sus respectivas películas originales.
Finalmente, recomiendo que la vean antes de juzgar. Tal vez terminen odiándola, pero creo que merece una oportunidad.