Golpes bajos de Alejandro Encinas en el debate

Acostumbrado al juego sucio, fiel a su estilo de esconder a diputados relacionados con el narco, a desoír los llamados del Congreso de impedir plantones en el Paseo de la Reforma -como ocurrió en el 2006-, Alejandro Encinas exhibió en el debate un estilo de hacer política que México rechaza, que empobrece a las instituciones, que denigra la calidad del discurso político.

No sólo tergiversó planteamientos, como el relacionado al impuesto de la tenencia vehicular -que sin bien es cierto el Gobierno Federal eliminó pero que todavía es facultad de los gobiernos estatales cobrarlo o no-, sino que también aseguró una vez más que es ciudadano mexiquense cuando todos sabemos no que no es así.

Todos sabemos que el ex jefe de gobierno del Distrito Federal es diputado federal con licencia precisamente representando la circunscripción electoral que incluye al DF pero no al Estado de México. Todos sabemos que su residencia efectiva es en la Delegación Coyoacán de la ciudad de México.

Encinas, en su estrategia de golpeteo, instrumentó una campaña de desprestigio del gobierno del Estado de México, cuando las cifras y la opinión pública dan cuenta de lo contrario. La descalificación por delante, antes que las propuestas, haciendo uso electorero, por ejemplo, de lamentables casos como el de la niña Paulette, el cual por cierto ya quedó aclarado por las autoridades judiciales.  Y además con cinismo pues aseguró que continuará haciéndolo.

Alejandro Encinas incluso dijo que a lado suyo están Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc Cárdenas y otros líderes de la izquierda, cuando durante la campaña nos hemos enterado de que perredistas y actores de la izquierda se han sumado a la campaña de Eruviel. Gente de izquierda de Neza y de varios municipios del Estado de México, e incluso de la Ciudad de México. Cuando sabemos que en el PRD priva la división y la confrontación entre sus tribus.

Los estudios de opinión son claros. El hartazgo ciudadano no tolera ya el envilecimiento de la política, no tolera los golpes bajos y tampoco está de acuerdo con que los políticos vayan por distintas rutas, salvaguardando sus intereses particulares y olvidando el bienestar común. Alejandro Encinas hizo gala del peor rostro de la política en el tercer debate entre candidatos a la gubernatura del Estado de México.