El descubrimiento no es un hallazgo de una pintura que jamás se haya visto, sino es la atribución del autor lo que cambió.
Resulta que existió un contemporáneo de Miguel Ángel Buonarroti: Marcello Venusti, que tenían tanta maestría a la hora de pintar que podía imitar, con asombrosa similitud, las obras de Miguel Ángel; de hecho, se ganó el afecto del inmortal pintor.
En la década de los 30, la Universidad compró la obra “La Crucifixión con la Virgen, San Juan y dos ángeles llorando” que se suponía era de Venusti y la cual era una imitación de la original de Miguel Ángel, y así se conservó como parte del acervo de la Institución.
Ahora Antonio Forcellino, considerado como uno de los más grandes expertos de la obra de Miguel Ángel, asegura que la pintura no es la imitación sino el original.
El especialista ha utilizado análisis infrarrojos para encontrar indicios de distintas capas debajo de la pintura. “La figura de Cristo está en una liga totalmente diferente, el modelo era más fuerte, y en la pintura y la expresión de la cara había una claridad que daba la impresión de un artista de mucho mayor prestigio.” Expresó el experto.
En tanto, el cuadro se trasladó al museo Ashmolean, de Oxford. Sobre esto, las autoridades revelaron: “Si es verdad, la pintura pasará de ser parte de nuestra fina colección a la más excitante de ella.”
Fuente: The Independent