En mayo pasado, el Partido de la Revolución Democrática cumplió 22 años. Ha gobernado por más de por más 14 años el Distrito Federal, por mucho, la entidad federativa más importante del país. Sin embargo, este partido político “nacional” no ha logrado lo que cualquier instituto aspira: cobertura territorial.
Según los estatutos perredistas, el mínimo para instalar un comité en cada sección electoral es de cinco afiliados, y el reporte preliminar indica que hay 31 mil 132 de esas secciones (de un total de 65 mil secciones electorales), con menos de cuatro afiliados.
De acuerdo con un censo del propio PRD, la mayoría de los afiliados al partido se concentran en el Estado de México, Michoacán y el Distrito Federal y son cuadros viejos y en la mitad del país, el PRD no tiene representación. Además, no está atrayendo el voto joven, por lo que según las cifras es un partido cansado, y la paridad entre militantes hombres y mujeres no se cumple.
Lo anterior, impide crear comités de base, que, de acuerdo con los lineamientos partidistas, son el punto de partida para la organización territorial del partido, con el propósito de fortalecerlo en las casi 65 mil secciones electorales del país. ¿Cuál es la consecuencia de esta situación? Sencillo: no ganar elecciones.
El Distrito Federal concentra 19.30 por ciento de la afiliación perredista; el estado de México, 20.13, y Michoacán, 14.30, lo que suma casi 60 por ciento del nuevo padrón, mientras el resto de los estados tienen, cada uno, menos de 6 por ciento.
De acuerdo con el censo perredista, con fecha 2 de junio de 2011, al PRD se sumaron un millón 102 mil 516 personas; 539 mil 877 refrendaron su militancia y tan sólo 30 mil 598 tienen entre 18 y 30 años, lo que da un total de un millón 672 mil 991. Si tomamos en consideración que el padrón histórico contabilizaba 6 millones 968 mil 394 perredistas, evidentemente en el Partido de la Revolución Democrática hay serios problemas.
Fuente: La Jornada
