Historias de fantasmas terroríficos

Seguramente alguna vez todos hemos leído relatos de Poe o novelas de Henry James.

Los relatos de fantasmas forman parte de nuestra cultura, tanto a nivel popular como más elitista. Pero no estamos tan familiarizados con los relatos de espectros de oras culturas. Como la china.

El día 15 del séptimo mes lunar chino es una fecha funesta para los habitantes de este país asiático, ya que, según la tradición, los espíritus malignos acechan a los vivos.

Uno de los más peculiares es el llamado “cortador de coletas”. La coleta era un símbolo tradicional masculino, y era una fran humillación perderla. Una añeja crónica del South China Morning Post en 1844 cuenta que en dicha fecha funesta, en una aldea llamada Taiyuán, los hombres sintieron cómo sus coletas eran arrancadas de cuajo y arrojadas al suelo.

Leyendas similares, e incluso más terroríficas que la anterior, también existen en el continente africano. Como la de Kishi, el hombre hiena, recogida en su libro Leyendas africanas por el escritor francés Pierre Verger, alias “Fatumbi”.

También la cultura musulmana cuenta con sus propios cuentos de aparecidos, como el de Algul, la mujer maldita sepultada, una historia que fue recogida por Richard Francis Burton en sus diarios de viajes.

Algul fue una bella mujer que quedó embarazada de un poderoso comerciante que estaba casado. Para evitar tener un bastardo, el hombre ordenó que la abrieran en canal y le sacaran el bebé de las entrañas, y luego, estando aún viva, hizo que la enterraran. La mujer invocó a los demonios pidiendo ayuda. Desde entonces, Algul sale de su sepultura por las noches para alimentarse con la sangre de los recién nacidos.

A continuación te presentamos algunos fantasmas más terroríficos alrededor del mundo.

 

El genio mentiroso

El ifrit es uno de los genios islámicos. Según el Corán, ellos fueron los primeros en ser creados por Dios, lo que les hizo sentirse superiores al resto de las criaturas, ya que surgieron del vaho de la respiración de Alá. El más legendario de todos es el ifrit, apodado “el Mentiroso” porque, cuando Alá le ordenó postrarse ante su nueva creación, Adán, él se negó.

 

La geisha esqueleto

Una noche, un samurái vio pasear a una bella joven. Fascinado, le confesó su amor y ella le prometió que estarían juntos toda la eternidad. Cada noche, la mujer iba a visitar al samurái y yacían hasta que ella se marchaba, antes del amanecer. Un amigo del samurái fue a visitarle una noche y le sorprendió copulando con un esqueleto. Aterrorizado, pidió ayuda a un monje, quien colocó en la casa del samurái un sello protector que impedía la entrada del fantasma. Así, por la noche, cuando la mujer fue a visitarle, el amuleto no la dejó entrar, pero ella llamó a su amado con voz dulce… Al día siguiente, el cadáver del samurái apareció
en un sepulcro abrazado a un esqueleto.

 

Hoichi, el hombre sin orejas

Hoichi, un joven monje de un monasterio sintoísta, relata con su arpa la historia de una mítica batalla que siglos atrás libraron dos poderosos clanes. Su fama como trovador es tal que una noche recibe una visita de ultratumba: uno de los samuráis muertos en aquel combate se presenta ante él y le pide que le acompañe al Reino de los Muertos para cantar la balada de la batalla ante el espectro de su señor.
Así, noche tras noche el joven monje viaja al más allá con el fantasma del samurái. Cuando el maestro del monasterio se entera, se alarma. “Los fantasmas quieren apoderarse de tu alma, Hoichi”, le dice, “y si vuelves una vez más con ellos, no regresarás al mundo de los vivos”.

 

Onibaba, la máscara del demonio

En plena guerra feudal, dos mujeres (una madura y otra joven) asesinaban y robaban a los viajeros que pasaban por su casa. Pero un día, la más joven cayó seducida por uno de ellos y se negó a matarle. La mayor, por miedo a perder a su compañera, le hizo un macabro chantaje: se puso una máscara de diablo y se presentó ante su ingenua cómplice, diciendo que era un espíritu maligno y ordenándole que matase a su enamorado.

 

Pretas, los vamìros frecales

Seres de la mitología budista cuya existencia está recogida en el Bhavra Chakra y en textos de Apastamba (600-540 a. C.), autor indio que escribió tratados matemáticos y recopiló creencias populares.

Preta en sánscrito significa “el que se ha ido”. Estos peculiares espíritus padecen un hambre y una sed eternas, debido a que son los fantasmas de personas que fueron codiciosas y están condenados a alimentarse eternamente con inmundicias y materias fecales.

 

Wendigo, el caníbal insaciable 

La primera vez que se recogió esta leyenda por escrito fue en 1909, en un libro del escritor Algernon Blackwood.

Los indios americanos relatan desde hace siglos que un cazador se perdió en el corazón del bosque en pleno invierno. Allí fue poseído por un espíritu maligno y se transformó en el Wendigo.

 

La niña de ultratumba

Esta tradición oral fue recogida por Rosemary Ellen Giley en su Enciclopedia de fantasmasy espíritus.

En el folclore de los pieles rojas también existe la historia de Acheri, una niña que enfermó durante un invierno en el que escaseaban las provisiones.

 

Tokoloshe, el enano violador

En las aldeas africanas circula por tradición oral el relato de cómo los dioses maldijeron a unos chamanes malvados. Sus espíritus fueron poseídos por demonios y condenados a vagar toda la eternidad convertidos en una especie de enanos de avejentado aspecto.

Solo hay un remedio para protegerse: alzar la cama con ladrillos, ya que, al ser tan bajitos, estos seres no pueden alcanzar a quien está en ella.

 

Fuente: Quo.es