#HolocaustMemorialDay, el testimonio de un sobreviviente del Holocausto

Julius Hollander pasó dos años en Auschwitz, el número 161214 tatuado con tinta azul en el brazo izquierdo es una de las marcas visibles de su paso por el campo de exterminio de Auschwitz. Es el único sobreviviente de su familia.

Nació el 3 de diciembre de 1929 en Tarnow, Polonia. A los 10 años empezó a padecer el exterminio nazi.

En 1946 Hollander llegó a Argentina a los 18 años. Por años guardó silencio. A través de la Fundación de Steven Spielberg, fue contactado y convencido de dar su testimonio.

Un día en Auschwitz

Hollader describió, en una entrevista realizada Nadia Nasanovsky en el 2018, cómo era la rutina:

“Nos despertaban a las 5 de la mañana con una especie de gong. Además de ser un campo de exterminio, Auschwitz se hizo para proveer de mano de obra a una gran fábrica que hacía caucho a partir de la gasificación del carbón, que se llamaba Buna Werke.

A mí me tocó un comando de carbón: venía un tren con un montón de vagones, a cada vagón le asignaban cuatro personas con palas y teníamos desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde para sacar todo el carbón.

Si no lo hacíamos, a los cuatro de ese vagón los colgaban esa misma noche, en frente de todo el mundo. Todos los días colgaban gente a lo loco. Yo ya veía que con lo que me daban de comer y con lo que tenía que hacer, estaba frito”.

Hollander, junto con sus compañeros, comía una pequeña porción de pan y una sopa de ortiga. Ese era todo el alimento para un día. “Cuando terminó la guerra yo pesaba 39 kilos”.

Sobrevivir era el objetivo

En su libro, Enfrentar el olvido, Hollander escribió de cómo pudo sobrevivir. Lo mantuvo vivo el odio.

“Una noche, mientras estábamos formando, por el altoparlante anunciaron que se iba a organizar un comando electricista”. El se presentó, aún cuando sus conocimientos eran mínimos.

De no hacer eso, estaba seguro que moriría en el campo.

“Todos los días me decía a mí mismo a estos hijos de puta los voy a sobrevivir, yo voy a vivir más que estos tipos”.

Y lo logró, Hollander llegó a Argentina y formó una vida. Terminó los estudios básicos y logró hacer la carrera de arquitectura. Se casó, formó una familia y hoy vive feliz.

Con información de Infobae.