El pasado 7 de marzo, el estadounidense William Holbrook presentó una denuncia formal de muerte por negligencia en la corte federal de Michigan para exigir justicia por el fallecimiento de su esposa Wanda Holbrook, quien murió aplastada por una máquina en 2015.
En julio de 2015, Wanda estaba realizando sus tareas habituales como técnica de mantenimiento de la empresa Ventra Ionia Main cuando una de las máquinas se comportó de una forma totalmente irregular.
La fábrica está dividida en seis secciones y supuestamente los robots no están capacitados para pasar de un lugar a otro, sin embargo, ese día un robot salió de su sección asignada, agarró a la empleada por la cabeza y la aplastó contra la línea de montaje en un movimiento.
“Wanda sufrió una muerte terrible y dolorosa, ya que fue consciente de todo lo que estaba ocurriendo. Hubo un fallo de programación y de los sistemas de seguridad”, explica William en la denuncia. Por ello, quiere que las empresas encargadas de diseñar el robot paguen por la injusticia cometida. Además, con ello busca que su caso sirva de precedente sobre el peligro que estas máquinas representan si no se supervisan correctamente.
Hasta 2014, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ha contabilizado 30 muertes relacionadas con la robótica en un periodo de 30 años.
Con información de playground