Según un reciente estudio realizado por la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos, mientras más pequeños tengan los hombres los testículos, más cariño sabrán otorgarle a sus hijos.
Esta conclusión se obtuvo a partir de analizar la actividad cerebral mientras miraban las fotos de sus niños; y esto coincidió con sus testículos pequeños.
Este estudio se propuso determinar por qué algunos padres invierten más tiempo, esfuerzo y atención que otros en la crianza de los hijos.
A los hombres se les calculó su nivel de testosterona, y mediante una imagen funcional por resonancia magnética se les midió el volumen testicular y la actividad cerebral cuando observaban fotos de sus hijos con expresiones de alegría, tristeza y neutralidad.
Las conclusiones mostraron que tanto los niveles de testosterona como el tamaño de los testículos están inversamente relacionados con el grado de cuidado paternal directo del cual habían dado cuenta los hombres y las mujeres en las entrevistas.
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