Barrer, lavar platos, sacudir la cama, planchar la ropa, cocinar o ayudar con los hijos, tiene su recompensa. Según un estudio realizado por la Universidad de Riverside, en California, las parejas que se dividen los quehaceres de la casa, son más felices.
El sociólogo Scott Coltrane, líder de la investigación titulada “Cambio de los hombres a las tareas domésticas y el cuidado de los niños”, concluye que el nivel de satisfacción matrimonial en las mujeres está directamente relacionado con su percepción de equidad,
El estudio señala que los hombres que comparten las tareas domésticas hacen felices a sus parejas, ellas los ven más atractivos, participativos e involucrados en la casa; lo que se traduce en mayor actividad sexual.
‘La equidad en el hogar tiene grandes beneficios para los hombres, porque las mujeres los ven más atractivos y se sienten más protegidas; lo que se traduce en un acercamiento físico, más intimidad y más sexo. Se incrementan los encuentros sexuales’, explica Coltrane.