(Notimex).- Los habitantes de Iguala, Guerrero, no perdonan al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, por su apoyo a José Luis Abarca, y porque después de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, el político tabasqueño no ha regresado a ese municipio.
Un reportaje de La Raza, el diario en español más leído de Chicago, revela que los pobladores no perdonan a López Obrador.
“Aquí era tranquilo hasta que el PRD dejó que José Luis Abarca le quitara la candidatura a Óscar Díaz, que era el candidato natural”, refiere Angelina, habitante de Iguala y quien buscaba migrar ante la situación de violencia.
Alberto N., un exactivista del PRD, dijo al diario que él mismo vio el documento en el que los perredistas de Iguala advirtieron al hoy dirigente de Morena sobre el patrocinio del crimen organizado a Abarca, sobre las redes familiares de su mujer, y sobre los costos de dejar entrar a los narcotraficantes.
“Yo vi el escrito que Óscar (Díaz, entonces dirigente del PRD) entregó a Andrés Manuel López Obrador en el que advertía que Abarca estaba metido con los Guerreros Unidos y él no hizo caso”, detalla Alberto N., quien lamenta que después de la desaparición de los 43 normalistas, el líder de Morena no ha regresado a Iguala.
La Raza recordó en su reportaje que en marzo pasado, López Obrador protagonizó un escándalo en Nueva York durante una gira que realizaba en apoyo a migrantes, cuando el padre de uno de los desaparecidos de Ayotzinapa, Antonio Tizapa, le reclamó por la supuesta complicidad u omisión del político en el caso, incluso para llevar a la gubernatura a Ángel Aguirre.
“Cállate, provocador”, le gritó López Obrador.
“La intolerancia molestó tanto a los padres de familia de los normalistas como a los igualtecos que habían depositado la confianza en la izquierda representada por López Obrador como justicieros y bandera anticorrupción”, señala la publicación.
“Ya sabemos que ni el Ejército ni el gobierno del estado impidió que creciera el crimen organizado en Iguala, pero se suponía que él es diferente y debió hacer algo porque Abarca era de su partido”, comentó Rodolfo, un vendedor de mangos cuyo sobrino continúa desaparecido desde finales de diciembre.
De acuerdo con diversos testimonios de igualtecos, citados por el diario, hace poco volvieron a sus funciones algunos de los policías que habían cesado después de los hechos contra los normalistas.
“Aunque Abarca no está. Tiene aquí a su gente y una muestra es que la Plaza Tamarindos (presuntamente propiedad de Abarca), que debía ser decomisada por la ley de extensión de dominio por crimen organizado, sigue operando como si nada”.
“Aquí la mafia sigue tan real como el hecho de que los políticos nos dieron la espalda. Empezando por López Obrador que ni se atreve a venir ahora”, refiere La Raza.