INAH determina daño en 50% de la superficie de ‘El Caballito’

Sin autorización ni conocimiento del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México ordenaron llevar a cabo el llamado por ellos:

“Servicio para la restauración y rehabilitación del monumento ecuestre a Carlos IV de España conocido como El Caballito limpieza y mantenimiento de la escultura ecuestre, incluye el pedestal”.

Después de constatar los hechos, el INAH requirió la suspensión de las obras por no contar con la autorización correspondiente. La responsabilidad de la intervención la asume el Sr. Arturo Javier Marina Othón presuntamente contratado por funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México.

La comisión para evaluar el daño estuvo integrada por las restauradoras especialistas en metales Luisa María Mainou Cervantes, Patricia Gabrielle Meehan Hermanson, Jannen Contreras Vargas y Gabriela Peñuelas Guerrero; el químico metalúrgico Ángel García Abajo y los arquitectos Saúl Mendo Muñoz, Alfonso López Heredia y Antonio Mondragón Lugo, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, y de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos.

Derivado de la visita de inspección que realizó el 25 de septiembre de 2013 la comisión rindió un Dictamen del que se destaca lo siguiente:

La pátina oscura con que contaba la escultura hasta antes de la intervención de septiembre de 2013 estaba compuesta por una capa de productos de corrosión verdes y negros, formada por óxidos, carbonatos, sulfuros y sulfatos (cuprita, tenorita, malaquita, covelita y brocantita, principalmente).

Estos productos de corrosión son pasivos; es decir, se encuentran estables. El Sr. Marina Othón planteó que utilizaría ácido nítrico al 30% para realizar una limpieza de la escultura.

Es de señalar que durante la visita de inspección para elaborar el presente dictamen, se encontró un bidón con ácido nítrico al 60% in situ en uno de los andamios.

Al utilizar el ácido nítrico en concentraciones tan elevadas se eliminó de manera irreversible tanto la pátina que protegía la superficie, como una cantidad de metal de la aleación del bronce, poniendo en riesgo la integridad de la escultura.

En síntesis, la aplicación del ácido nítrico provocó daños en la escultura de bronce, creando una superficie heterogénea compuesta por:

· zonas doradas brillantes y mates que corresponden a bronce decapado;

· zonas rosa salmón, que corresponden al bronce que perdió la aleación, y sólo tiene cobre en la superficie;

· zonas rojo tornasol, que corresponden a la oxidación del bronce causado por el uso del ácido nítrico;

· zonas verde pulverulento, correspondientes a productos de corrosión (nitratos de cobre solubles);

· zonas con restos de la pátina oscura original;

· zonas con restos de capa de protección con suciedad y hollín.

Es importante señalar que los ácidos inorgánicos, como el ácido nítrico, se han dejado de emplear en restauración de metales desde la década de 1950, cuando se comprobó el profundo e irreversible deterioro que causan.

Conclusiones del dictamen:

La intervención realizada en septiembre de 2013 por el Sr. Arturo Javier Marina Othón, presuntamente contratado por funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México, ocasionó los siguientes daños irreversibles en el monumento histórico, “Estatua Ecuestre de Carlos IV”.

1. En la escultura de bronce.
· Daños en aproximadamente el 50% de la superficie de la escultura por:
o Pérdida irreversible de la pátina original a causa del uso de ácido nítrico al 30%.
o Desaleación y pérdida irreversible de elementos (estaño y zinc) por el uso de ácido nítrico al 30%.
o Corrosión del bronce.
o Abrasión de la superficie por el uso de cardas metálicas.

2. En el pedestal.
· Daños por:
o Disolución de materiales constitutivos por escurrimiento y absorción del ácido nítrico y óxidos.
o Manchas en la piedra por el escurrimiento y absorción de la solución del ácido nítrico.
o Manchas en los tableros de mármol por escurrimiento del ácido nítrico.
o Manchas en los tableros de mármol por salpicaduras de óxidos de hierro de los andamios.
o Incremento de los daños preexistentes en la piedra, lo que alteró las propiedades físicas del material y demeritó las cualidades estéticas del monumento histórico.
o Disolución y desprendimiento de capas superficiales de carbonato de calcio, ocasionados por una limpieza con agua a presión de los tableros de mármol.

3. La intervención realizada no contó ni cuenta con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

4. Al realizar los tratamientos sin autorización, se violó la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y su Reglamento.

5. Los documentos presentados por el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México y por el Sr. Arturo Javier Marina Othón, mediante los cuales se pretendió obtener solicitud de autorización por parte del INAH de manera extemporánea están incompletos.

· No se presentó cédula profesional de restaurador responsable.
· No cuenta con un curriculum completo del responsable de los trabajos.
· No se presentó un diagnóstico preliminar que justifique las intervenciones realizadas.
· Planteó métodos y materiales de intervención sumamente agresivos que afectaron la integridad del monumento histórico, y su ejecución no autorizada generó daños irreversibles.

6. El valor cultural del monumento histórico intervenido es incalculable. Sin embargo, la estimación de los daños ocasionados al monumento histórico por la intervención realizada por el Sr. Arturo Javier Marina Othón, presuntamente contratado por funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México en septiembre de 2013, asciende a $1’415,723.00 (–Un millón cuatrocientos quince mil setecientos veintitrés pesos 00/100 M.N.–).

7. Los daños generados son irreversibles. Es urgente iniciar un proceso de intervención para estabilizar el monumento histórico y restituir los elementos necesarios que garanticen su conservación.

8. Atendiendo al presente dictamen, el proyecto para estabilizar el monumento histórico y restituir los elementos necesarios que garanticen su conservación deberá ser presentado al Instituto Nacional de Antropología e Historia para su aprobación.

Fuente: Presidencia