Dícese del miedo a revisar tu bandeja de entrada, que incrementa cuando lo haces en público.
…Y sí, me invente el término.
¿Cuántas historias conoces acerca de parejas que tuvieron problemas porque revisaron mensajes del otro? Ya sea en el celular, el mail o las redes sociales, nadie se salva. Pero hay un aspecto muy importante a considerar: Tú no controlas la bandeja de entrada, sólo te puedes hacer responsable de la de salida.
Si llevas una buena relación y eres súper fiel, no deberías tener miedo a abrir tu correo frente a tu pareja. Todos tenemos un pasado y es normal que de vez en cuando nos lleguen mensajes de personas que estuvieron en nuestra vida. De hecho, si no los recibes, ponte a pensar qué tipo de persona has sido y por qué no te quieren volver a ver.
Lo que sí debemos cuidar es cómo respondemos esos mensajes, porque eso hace toda la diferencia. No es lo mismo que si te llega un “¿Cómo estás mi reina? Estoy en la ciudad y hace años que no nos vemos” contestes: “Muy bien, muy contenta en mi relación, ¿y tú?” a que no digas nada y le preguntes cuántos días va a estar en la ciudad.
Asumiendo que eres una persona honorable; si desconfían de ti al leer algo así, estás en todo tu derecho a enumerarle todas y cada una de las veces que le has demostrado amor incondicional, indignarte y esperar una disculpa.
Si no lo eres no se llama fobia, se llama precaución y mejor ábrete un correo alterno. No seas menso.