Inicia juicio contra niño de 12 años que mató a su padre

En la madrugada del 1º de mayo de 2011, el menor ahora de 12 años, entró a la sala de su hogar en la ciudad de Riverside, al sur de California, y le disparó a su padre. Jeff Hall, un neonazi de 32 años, quien dormía en el sillón.

Desde entonces, el niño se encuentra en un centro de detención juvenil a la espera de un juicio que se desarrollará sin jurado, algo usual en casos de menores, por lo que quedará en manos del juez decidir si está en condiciones mentales de ser acusado de asesinato.

En caso de ser encontrado culpable, podría pasar en la cárcel 12 años.

El código penal californiano establece que los menores de 14 años no pueden ser acusados de un crimen sin una evidencia clara de que “conocían su ilegalidad”.

Así que el juez deberá determinar no sólo esto, sino otras cuestiones “filosóficas”, recuerda The New York Times: “Si el racismo virulento puede equivaler a abuso de los padres, si un niño expuesto a tanto odio puede entender la diferencia entre el bien y el mal, y si alguien quien crece en condiciones tan tóxicas puede ser culpado por querer buscar una salida”.

El padre era un plomero desempleado, líder en la costa oeste de Estados Unidos del grupo neonazi Movimiento Nacional Socialista, la mayor organización supremacista del país con unos 400 miembros en 32 estados del país.

El defensor público del niño, Matthew J. Hardy, dice que su cliente tiene problemas neurológicos y psicológicos, agravados por la exposición al “condicionamiento” neonazi y el maltrato físico en el hogar.

“Pensó que estaba haciendo lo correcto. Y mientras puede ser difícil de entender para otras personas, en su mente, en su mente de niño, si él pensó que estaba haciendo lo correcto, o al menos no pensó que estaba mal, entonces no puede ser considerado responsable”.

El fiscal ha dicho que en algunas ocasiones el padre se había sobrepasado con los castigos físicos a su hijo, pero no al punto de ser considerados “criminales” ni “prohibidos”, y que el propio Joseph tenía un historial violento.

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