Entre quejas y mal humor de los usuarios, los neoyorquinos recibieron este viernes el inicio del racionamiento de la venta de gasolina en la ciudad y Long Island.
La decisión fue anunciada este jueves por Bloomberg y el gobernador de estado de Nueva York, Andrew Cuomo, después de que la lenta mejora del suministro de gasolina tras los problemas causados por el huracán “Sandy” se frustrara con la avería a un oleoducto que abastece de combustible a la región.
El proceso, según el cual los vehículos pueden recargar combustible, es si la cifra final de su placa de matrícula y el día del mes coinciden en par o impar.
Los ciudadanos están molestos con la medida: “Está muy mal”, lamentó un conductor mientras hacía cola en una gasolinera de East Harlem.
Agentes de policía y empleados de las gasolineras comprueban a través del certificado de registro de los vehículos (un adhesivo oficial situado en el cristal delantero) que los conductores no sucumben a la tentación de cambiar sus placas con las de un amigo, vecino o familiar.
Un medida similar se aplicó en Estados Unidos durante los racionamientos causados por las crisis del petróleo de 1973 y 1979.