Inky, es un pulpo que nació libre en el mar que fue atrapado por una trampa para langostas. Un pescador lo rescató y decidió llevarlo al acuario de Nueva Zelanda. En su nuevo hogar, Inky fue exhibido, junto con otro pulpo, durante un par de años como atracción.
Inky pronto comenzó a ganar popularidad debido a su inteligencia. El pulpo podía utilizar algunas herramientas simples que sostenía con sus 8 brazos atrayendo la atención de los turistas, sobre todo de los niños.
Un día, uno de sus cuidadores dejó entreabierto el tanque del molusco. Cuando los cuidadores fueron a alimentar a ambos pulpos se percataron que sólo quedaba uno, y no era Inky.
Después de revisar todo el acuario, incluyendo las cámaras de seguridad, finalmente encontraron el detalle que reveló el misterio: cerca de la tapa del tanque había una cañería.
Inky salió del tanque por la abertura y se arrastró unos pocos metros hacia la tubería de desagüe. Utilizando su capacidad de encogerse logró alcanzar un tamaño mucho más pequeño que el suyo, y se dejó arrastrar por la cañería de 50 metros que terminaba en el mar. Inky se deslizó por ella hasta desembocar en la Bahía de Hawke, al este de la Isla Norte de su país, logrando así su libertad.
Con información de La Bioguia
