La diseñadora francesa Isabel Marant protagoniza un caso de supuesto plagio, por una blusa cuyo estampado se parece mucho a uno diseñado por una comunidad mexicana de Oaxaca.
La resolución al día de hoy se basa en que la empresa de Marant se ha hecho con la patente de la prenda y, a partir de ahora, si la comunidad quiere comercializar la blusa tendrá que pagar previamente los derechos.
Los propios representantes indígenas manifestaron que no sabían que debían patentar su producto para poder comercializarlo y para demandar a otras empresas por plagio.
Hasta ahora, la información que se había hecho pública era que la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec había acusado a la diseñadora de plagiar los estampados que forman parte de su vestimenta tradicional en una de sus blusas.
La pieza en cuestión pertenece a la colección primavera-verano 2015 de Etoile Isabel Marant y cuesta alrededor de 200 libras. La comunidad indígena pidió entonces reparación de daños por parte de la firma parisina e incluso contempló emprender acciones legales.
Desde el equipo de Marant quisieron dejar claro que jamás se había dicho que los diseños fueran originales de la marca. “Isabel Marant quiere dejar las cosas claras: ha presentado alegaciones que señalan expresamente que estos diseños proceden del pueblo de Santa María Tlahuitoltepec, en México” decía el comunicado en su defensa.