Japón busca dar señales de normalidad en el noreste del país

Con el aterrizaje de los primeros aviones en el aeropuerto de Sendai, afectado por el tsunami del pasado 11 de marzo, posterior al terremoto de 9 grados de intensidad, las autoridades japonesas buscan dar señales de normalidad. Mientras tanto, la crisis en la central nuclear de Fukushima aún no remite.

Los desastres naturales de hace un mes, a los que se suman las réplicas permanentes, la última de las cuales alcanzó los 5,8 grados, continúan afectando a un país que intenta superar la tragedia. Hasta ahora, se han registrado 13.300 muertos y 15.148 desaparecidos.

La economía nipona está siendo notablemente golpeada por la catástrofe. El gobierno ha revisado en baja los datos económicos, especialmente en lo que se refiere a la industria exportadora. De todos modos, las autoridades consideran que el impacto negativo será a corto plazo.

Las empresas se ven perjudicadas por el ahorro de energía obligatorio, los daños en las fábricas y la alta radiactividad registrada en las zonas cercanas a la planta de Fukushima Daiichi. El sector primario tampoco escapa a ésta crisis económica, frente a la desconfianza de los consumidores.

Recientemente, el gobierno de Japón prohibió la distribución de una clase de setas, denominadas shiitake, que procede de las cercanías de la central de Fukushima.

Fuente: EFE