En Italia, un joven de apenas 16 años fue detenido por el asesinato de sus padres. Aparentemente, le había ofrecido a su amigo 1,000 euros para que realizara este acto.
Ambos padres fueron hallados en su casa, dentro de bolsas de plástico y con traumatismos craneales. A pesar de que el hijo, identificado como Riccardo Vincelli, parecía tener una coartada, en la que defendía que él, junto con su amigo, habían estado en una discoteca y que, al llegar, se vieron sorprendidos por los cadáveres, la investigación expuso las contradicciones de sus argumentos.
Las incongruencias en los testimonios finalmente sacaron a la luz la verdad: ambos jóvenes admitieron su participación en el crimen e incluso ayudaron a encontrar el arma homicida: un hacha que se encontraba en un río cercano al domicilio.
