Joven de 16 años diseña prueba para detectar cáncer de páncreas

Jack Andraka pasó de ser un típico adolescente estadunidense a un joven científico por haber hallado una forma barata de detectar cáncer de páncreas antes de que se vuelva mortal.

Andraka, que cumplió 16 años en enero, contó cómo hace tres años, cuando estaba en secundaria, empezó a navegar en Internet para buscar información sobre el cáncer de páncreas después de que su tío (un querido amigo de su familia) murió de esta enfermedad.

Entonces, dijo, se sorprendió al enterarse de que generalmente este cáncer se detecta demasiado tarde. Además, la prueba utilizada actualmente para diagnosticar esta enfermedad tiene 60 años, agregó.

“Es más vieja que mi papá”, bromeó Andraka, para quien lo más grave es que ese método es “costoso e impreciso”, y para aplicarlo un médico debe tener una sospecha muy grande de que el paciente tiene ese cáncer. Lo que se necesitaba, pensó entonces, era una prueba barata, rápida, simple y efectiva.

“Consulté a los dos mejores amigos de un adolescente: Google y Wikipedia”, dijo Andraka.

Así encontró que hay miles de proteínas que pueden ser detectadas en la sangre de las personas con cáncer de páncreas y buscó una que podría servir como indicador temprano de la enfermedad.

“Por último, en el intento número 4 mil, cuando ya estaba perdiendo la cordura, encontré la proteína que necesitaba, la mesotelina”, detalló.

La revelación se produjo en lo que describió como un lugar poco probable: una clase de biología de secundaria a la cual no estaba prestando atención.

Según él, la receta para hacer sensores de papel que detecten la proteína —mesotelina, en la sangre, es “casi tan simple como hacer galletitas con chispas de chocolate “.

El joven aseguró en la conferencia que su prueba cuesta tres centavos de dólar, toma unos minutos y en los ensayos ha demostrado 100% de precisión.

El alumno de preparatoria, que vive en Crownsville, Maryland, dijo que envió 200 solicitudes a laboratorios científicos para poder continuar su trabajo. Todos lo rechazaron, excepto la Universidad Johns Hopkins, donde pasó por un durísimo interrogatorio antes de ser aceptado.

Finalmente, con el apoyo de esa institución, pudo continuar su investigación, que le valió el gran premio de la feria internacional de ciencia ISEF 2012 (International Science and Engineering Fair), la mayor competición internacional de ciencia a nivel preuniversitario que patrocina la empresa Intel con un premio de 75 mil dólares.

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