La justicia chilena vuelve a investigar casos de 3 personajes ilustres, para aclarar las verdaderas causas de sus muertes durante la dictadura chilena.
La sombra de la dictadura chilena (1973-1990) ronda los tribunales tras iniciar investigaciones sobre las muertes de los ex presidentes demócratas Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, y el famoso premio Nobel Pablo Neruda, fallecidos en raras circunstancias. Por primera vez, la justicia chilena decide investigar a fondo los 3 casos para esclarecer y establecer las versiones oficiales.
Tras una declaración de Manuel Araya, de 65 años, un asistente de Neruda, se ha abierto la investigación sobre la muerte del poeta. Araya siempre ha dicho que al visitarlo un día antes de la muerte de Neruda, no pensó que estuviera moribundo a pesar de su supuesto cáncer de próstata. Se considera ahora la posibilidad de que haya sido envenenado con una inyección mortal por encargo del ex dictador Augusto Pinochet; no sería sorprendente, pues años después utilizó ese método para matar en la clínica Santa María al ex presidente Eduardo Frei Montalva, después de ser operado por una hernia de hiato.
Antes de la muerte de Neruda, ocurrida sólo 12 días después del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en el cual murió su amigo y entonces presidente socialista Salvador Allende, el domicilio del poeta en Santiago de Chile fue allanado por los militares, que rajaron y destruyeron muebles, e incendiaron libros; este hecho fue un agravante a su cáncer ya avanzado, que supuestamente lo llevaría a la muerte.
El caso más documentado es el del ex presidente demócrata cristiano Eduardo Frei a los 71 años, y la investigación fue abierta después de que Wikileaks filtrara un telegrama de la embajada norteamericana (cabe recordar que la participación de EUA fue crucial en el golpe de estado) que explicaba que “menos de una hora después de su muerte, los doctores de la Universidad Católica vinieron a la Clínica Santa María y efectuaron una autopsia de Frei sin la autorización de la familia. La muy inusual autopsia fue supuestamente efectuada en la habitación del hospital donde murió, usando una cuerda para colgar el cuerpo, de arriba abajo, para drenar los fluidos en un recipiente. Algunos órganos del cuerpo y en particular aquellos cuya composición química podrían indicar envenenamiento fueron sacados y destruidos y el cuerpo embalsamado”.
También se empieza a llevar a cabo una investigación sobre la muerte de Salvador Allende, en la cual se intenta averiguar si la versión aceptada de que el presidente se suicidó con un balazo antes de rendirse a las tropas militares es verdadera, o si pudo recibir dos impactos de bala en el cuerpo, lo cual implicaría que fue asesinado.
Fuente: El País.
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