¿Es real la adicción al sexo?
“¿Es un fenómeno psicológico pop que solo sirve para satanizarlo, reforzar los puntos morales sobre las relaciones y perdonar comportamientos irresponsables?” Esas son las palabras que emplea en su teoría el psicólogo David Ley, quien en su nuevo libro “El Mito de la Adicción al Sexo”, expresa su preocupación por la facilidad con la que los principales medios de comunicación estadounidenses han conspirado, aparentemente, para transformar un diagnóstico debatible en una conclusión anticipada.
“Hay peligros reales inherentes al concepto de adicción sexual”, escribió Ley. “Creo que para el campo del cuidado de la salud, medicina, y salud mental, el apoyar y tomar como objeto un concepto defectuoso crea otro significado peligrosamente cercano al relativismo moral, donde cualquier comportamiento socialmente inaceptable es etiquetado como un disturbio mental sujeto a tratamiento psicológico”.
Ley tiene una idea: mientras muchos ubican a la adicción sexual en la misma categoría que otras adicciones, esta no es reconocida como tal por la Asociación Psiquiátrica Americana de Diagnóstico y Manual Estadístico de Desórdenes Mentales. Como sostiene Ley, “el sexo no tiene tolerancia o efectos de abstinencia. Nadie ha muerto por no haber podido tener sexo, nadie ha tenido una sobredosis de sexo”.
Varios dentro de la comunidad de la salud mental tengan problemas con las afirmaciones de Ley.
“He tenido a decenas de pacientes que, cada mes, se sientan en mi oficina y se ponen a llorar, tristes y desesperados, porque no pueden evitar irse con prostitutas hombres o mujeres, o porque no pueden dejar de masturbarse, o porque los ligues en los bares se están haciendo más peligrosos y menos atractivos”, dice el doctor Tammy Nelson, psicoterapeuta notable y autor de “Cómo obtener el sexo que quieres”. “¿Serán adictos sexuales estos hombres y mujeres?”
El Dr. Joe Kort, terapeuta sexual y de relaciones, ofrece algunos detalles esenciales sobre la adicción, explicando que los síntomas principales son la pérdida de control, intentos fallidos para controlar el comportamiento sexual no deseado y un patrón de consecuencias negativas como ansiedad, depresión, problemas legales, enfermedades de transmisión sexual y problemas en una relación.
Jonathan Alpert, psicoterapeuta y autor del libro “Be Fearless: Change Your Life in 28 Days” establece que “he tenido cada vez más y más hombres que llegan a verme convencidos de que son adictos sexuales. Esto es alimentado en gran parte por los medios, por lo que se ha convertido en el diagnóstico de moda. Muchísimas veces lo usan como excusa por haberle sido infiel a su pareja. El hecho es que un acto de engaño no los convierte en adictos sexuales, los convierte en infieles”.
“Puede destruir vidas y es extremadamente sobrediagnosticado y amenaza con marginar aún más la sexualidad en general y a las minorías sexuales en particular. No es negativo para la sexualidad reconocer que a veces causa daño”.
Ley ha dado pie a una discusión con su punto de vista y espero que el debate continúe.
Fuente: CNN