El líder del PAN, Gustavo Madero, tiene un actuar político bipolar por la manera contradictoria en que se manifestado respecto a los resultados del proceso electoral del 1 de julio.
Un día dice una cosa y otro día dice otra.
Apenas el lunes pasado, el presidente de Acción Nacional declararó que se analizaría si sus legisladores acudirían a la toma de protesta del virtual ganador de la elección presidencial, Enrique Peña Nieto, y ayer el Presidente Felipe Calderón se reuniera con él en Los Pinos.
Mientras que el “primer panista” de la República mostró su educación política y una actitud cordial con quien ganó los comicios del 1 de julio; el dirigente partidista exhibió su mezquindad.
Es de aplaudirse el comportamiento de Calderón porque en democracia debe privilegiarse el diálogo que lleve siempre a construir puentes y a evitar los enconos y la crispación.
Ojalá que a partir de que concluya la parte jurisdiccional del proceso que se está llevando, podamos tener una transición de acorde a la ley, una transición ordenada.
En tanto, de la izquierda encabezada por López Obrador, sus opiniones, posturas y acciones políticas siempre son agrias y lo que menos quieren es construir. Lamentable.
