Una buena postura no sólo es importante para causar una buena impresión. Diversos científicos han encontrado que “estar derechos”, además de incrementar nuestra fuerza, reduce la sensibilidad al dolor y tiene un impacto importante en los niveles hormonales.
La dra. Vanessa Bohns de la Universidad de Toronto, realizó un estudio sobre el umbral del dolor en relación a la postura. En este estudio, los participantes fueron sometidos a una fuente de dolor adoptando diversas posiciones. Descubrieron que una postura erguida ayudaba a ampliar el umbral del dolor. De esta manera, aunque normalmente nos enjutamos al sentir dolor, la mejor manera para resistirlo es estirándonos, sentándonos derechos e inflar el pecho.
El estudio sugiere que encogernos en un ovillo podría hacer la experiencia de dolor más poderosa, porque te hace sentir que no tienes ningún control sobre tus circunstancias, lo que a su vez intensifica la anticipación del dolor.
Esto es en parte psicológico, porque la sensación de poder y control hace al proceso más tolerable. Pero también tiene un lado fisiológico, pues la postura erguida eleva los niveles de testosterona (que proporciona tolerancia al dolor) y disminuye los niveles de cortisol (la hormona que provoca el estrés).
En cuanto al aspecto psicológico, se encontró que al interactuar con alguien de postura más dominante que la nuestra somos más suceptibles al dolor. En cambio, si interactuamos con alguien de postura sumisa, resistimos más.
Por ello, los investigadores sugieren que los doctores que traten a pacientes que deben someterse a procedimientos dolorosos, adopten posturas sumisas para ayudar al enfermo.
Fuente: BBC Mundo
Foto: WikiO