En el Reino Unido, Estados Unidos y otros países desarrollados abusar de la calefacción durante el invierno podría contribuir a un incremento en la obesidad.
De acuerdo con un estudio realizado por la revista Obesity Reviews, una reducción a la exposición del frío reduce la necesidad corporal de consumir energía para permanecer calientes, así como la capacidad de producir calor. El abuso de calefacción implicaría que no hay exposición al frío estacional por pasar cada vez más tiempo a una temperatura que no genera este efecto natural del cuerpo humano.
La grasa marrón es un tejido adiposo capaz de quemar energía para crear calor, pero su producción está ligada al descenso de temperaturas externas. Al no tener exposición al frío, los humanos estamos perdiendo parte de este tejido.
Fiona Johnson, coautora del artículo, afirma que “a medida que pasamos más tiempo en espacios cerrados con acceso a calefacción centralizada y aires acondicionados se reduce el rango de temperaturas al que nos exponemos en nuestra vida cotidiana”.