La “dieta de Maduro” obliga a la población a buscar en la basura

Venezuela sufre una profunda crisis económica con inflación, carencia de comida y productos básicos. La caída en los precios del petróleo, principal fuente de divisas, ha supuesto la reducción de las habituales importaciones de alimentos.

Los venezolanos padecen para llevar alimentos a sus casas, algunos esperan a que salgan los camiones de basura para buscar algo de comida. Comen desperdicios de otros.

La basura se ha convertido en una fuente de comida para 3 millones de venezolanos.

nos buscan comida en el mercado negro. Los alimentos básicos están protegidos con un precio regulado, lo que genera cada día largas filas para tratar de adquirirlos. Sin embargo, no alcanza para todos, lo que ha provocado un mercado negro en el que esos productos multiplican varias veces su precio.

Según una encuesta de More Consulting publicada por una comisión de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, un 14.3% de los venezolanos (4.5 millones de personas) sólo come una vez al día. Los más afortunados dos veces al día.

Maduro lo niega

El presidente Nicolás Madura niega que exista hambre y culpa de la situación a una “guerra económica” por parte de empresas y de países extranjeros.

Hace caso omiso de las madres de familia que le ruegan por alimentos para sus hijos: “Me acuesto llorando porque no tengo nada que darles a mis hijos”, es uno de los tantos reportajes que la prensa extranjera a dedicado a este delicado tema.

Mientras los venezolanos hace extensas filas para comprar comida, Maduro niega que hay una situación de hambruna.

Las imágenes que se transmiten al mundo, los venezolanos llegan a pedir a los militares “dispárame porque tengo hambre”.

Hoy en Venezuela la gente se debate entre vivir con hambre o morir de ella.

“La dieta de Maduro, es que no hay comida. La dieta de Maduro es que aquí no hay manera de sobrevivir”, declara Carlos Blanco, jubilado venezolano; quien hace dos años realizaba tres comidas al día y hoy solo una. Hoy vive con un cuarto de dólar al día, “cuando la ONU dice que pobreza extrema es de dos dólares al día”, agrega.