La forma de estornudar tiene que ver con la personalidad

El doctor Alan Hirsch, neurólogo y psiquiatra, explicó que “los estornudos son como la risa. Algunas son ruidosas y otras son suaves. Algo similar ocurre con el estornudo. Siempre será más o menos el mismo a partir de la juventud en cuanto a sonido.”

Y es que estornudar como un soplido ligero o como una explosión atómica tiene consecuencias sutiles pero perceptibles en la idea que los demás tienen sobre nosotros.

Esto ocurre con muchas expresiones del cuerpo, y como el hipo, el estornudo “se trata de una cosa psicológica”, dice con elocuencia el doctor Hirsch, pues “representan la personalidad inmanente o la estructura del carácter.”

Puede ser por eso que los estornudos de algunas personas suenen como groserías o amenazas (especialmente cuando vienen en sonoras cadenas de tres o más), mientras que la gente tímida trata de hacer el menor ruido posible al estornudar.

“El estornudo es un fenómeno involuntario, parte de los mecanismos de defensa del cuerpo, una forma de limpiar bacterias y otros agentes nocivos”, según el doctor Gordon Siegel. “Dicho eso, puedes controlar hasta cierto punto la manera en que sale. Existe un control parcial sobre el producto final.”

“Cuando pensamos en el estornudo tiene una cualidad casi orgásmica. Al entregarte a él, esperas los placeres positivos de un orgasmo nasal. Así que si alguien se reprime más en el sexo, podrían no dejarlo [al estornudo] salir. Pero si están orientados por el hedonismo y les gusta el placer, podrían querer estornudar más ruidosa y fuertemente.”

Sólo podríamos agregar que, forzando un poco la metáfora, todos los adjetivos asociados al orgasmo podrían utilizarse igualmente para describir la gama posible de estornudos: silenciosos, introvertidos, explosivos, largos, tardados y potentes, rápidos y pasajeros.

Pero a diferencia de los orgasmos, ¿quién podría fingir convincentemente un estornudo?

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