Aasha, un cachorro de tigre de Bengala, fue rescatado cuando tan solo tenía 9 meses. A su corta edad, el tigre ya conocía un fuerte sufrimiento. Aasha pesaba tan sólo 30 libras, peso normal para un cachorro de 3 meses de edad.
La felina pertenecía a un circo ambulante donde no sólo era maltratada, sino también, tomada por un tigre de mayor edad. Por suerte, Vicky Keahey, fundadora del In-Sync Exotics Wildlife Rescue and Educational Center en Texas, la rescató y comenzó a hacerse cargo de ella.
“Las calvas de Aasha cubrían casi todo su cuerpo y su piel estaba bastante seca, agrietada, y sangrando, la cachorra estaba sufriendo de tiña y tenía heridas abiertas. Todos los días, dos veces al día, le daba sus medicamentos y pasaba tiempo con ella. También le daba baños curativos, que no le gustaban, pero eran necesarios”.
Los esfuerzos de la mujer dieron resultados. Después de 8 semanas de tratamiento, la piel de Aasha comenzó a sanar y se convirtió en una aficionada a la natación.
“Dentro de ocho meses se veía como un tigre real”.
Fue entonces cuando Aasha conoció al ahora su mejor amigo, un tigre rescatado del contrabando. “Ahora los dos viven en el mismo recinto juntos y Aasha es una tigresa saludable y muy querida.