Domingo primero de noviembre de 2015, después de 23 años de espera la carrera del Gran Premio F1 estaba de regreso en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Los aficionados empezaron a llegar desde las 8 horas, para las 10 ya estaba el lugar a más de un 60 por ciento de ocupación.
Banderas de México, máscaras de luchadores, sonrisas, mariachis, la alegría invadió el ambiente.
Después de 71 vueltas de carrera, había un ganador, Nico Rosberg. Desde su cuarta pole consecutiva, Rosberg tomó la delantera en el inicio, y aunque él y Hamilton entonces cotizaba mejor tiempo vueltas una y otra vez, siempre estuvo en control en el aire más limpio.
Por la vuelta número 51 que había estirado su ventaja de 3.0s, con Hamilton descontentos de haber recibido la orden de detenerse un segundo juego nuevo de neumáticos medios en la vuelta número 48 después de Rosberg lo había hecho en la 46a. El equipo citó razones de seguridad. Cuatro vueltas más tarde, sin embargo, Hamilton consiguió un salvavidas cuando Sebastian Vettel se estrelló su Ferrari y sacó el coche de seguridad durante seis vueltas.
Lo dijo Niki
“Lo mejor que he visto en toda mi vida. La mejor”, dijo el campeón del mundo en tres ocasiones Niki Lauda, quien ahora es presidente no ejecutivo de Mercedes.
Y agregó visiblemente emocionado: “La magia es los mexicanos. La magia es los organizadores que hicieron que esto ocurra. La forma en que se organizan los lugares de espectadores para mí era el mejor que he visto en mi vida. Y entonces el podio justo en frente de todo el pueblo. La Fórmula 1 volvió a donde se puede sentir y tocar y esto es lo más importante.”