El Papa Francisco al parecer será un sumo pontífice acosado por la sombra de la última dictadura argentina, ya que fue acusado de haber entregado a un par de compañeros jesuitas a los represores.
Bergoglio era miembro de la Compañía de Jesús en Argentina cuando, en 1976, se impuso el último y más sangriento régimen militar de este país, que se caracterizó por el secuestro, torturas y desaparición de decenas de miles de víctimas.
Hace varios años, una denuncia periodística aseguró que Bergoglio, cuando era arzobispo de Buenos Aires, denunció ante los militares a los curas Orlando Yorio y Francisco Jalics, quienes trabajaban en una villa miseria en Buenos Aires.
Bergoglio les había pedido a sus compañeros que abandonaran su trabajo pastoral, pero ellos se negaron y entonces los denunció, por lo cual, en mayo de 1976, ambos fueron secuestrados y torturados.
También se le acusó de haber apoyado y colaborado con la Junta Militar que gobernó hasta 1983.
Bergoglio continuó sembrando dudas en los organismos de derechos humanos, ya que aún siendo arzobispo y cardenal se negó a condenar a los dictadores y nunca cuestionó el apoyo que la iglesia Católica les dio a los represores en Argentina.
Fuente: El Economista