Christine Quinn estaba preparando su boda y al preguntarse: ¿quién debería ser la dama de honor? Pensó lo mismo que todas las novias: “Tiene que ser mi mejor amiga”. Entonces fue fácil decidir, debería ser su abuela de 89 años.
“¿Por qué quieres a una anciana en tu boda?”, preguntó la abuela.
Lo que nadie esperaba es que la abuela Nana Betty fue el alma de la fiesta.
“Tuvo a todos los invitados de la boda riendo con sus palabras de sabiduría y sus comentarios divertidos”, comentó la nieta.
“Eres tan viejo como te sientas, y yo me siento joven hoy”, fueron las palabras de la abuela al terminar su día como dama de honor.